Es la conclusión a la que llega Deidre H. Campbell al analizar los resultados de un estudio en el que participaron los senior managers de las 25 mejores compañías del ranking mundial de Great Place to Work en 2011. El estudio cuenta con las opiniones de 20 de las mejores 25 compañías de la clasificación.
De este estudio se extraen conclusiones muy interesantes para tener en cuenta a la hora de tratar la cultura de nuestras compañías. Veamos qué podemos aprender de las organizaciones mejor posicionadas…
- Las firmas comprometidas con una cultura fuerte tienden a tener un mejor desempeño. Es importante tener en cuenta que las culturas se desarrollan solas, hagamos algo al respecto o no. Sin embargo, por cultura fuerte entendemos aquella que nace de la estrategia de la organización, que tiene una dirección y un sentido para la misma.
- Invierten más en sus colaboradores por el simple hecho de que lo consideran beneficioso para el negocio. El 30% de las compañías top del ranking invierten más en programas de conciliación y en beneficios para los colaboradores.
- Los programas mejor valorados son aquellos que comunican la misión de la firma y que ofrecen posibilidades de desarrollo, según el 70% de los encuestados.
- Reconocen que la cultura es un elemento crítico en retención del talento. Los senior managers opinan que la cultura y la selección y retención del talento benefician a las operaciones del día a día de la organización (el 80% nombró la cultura y el 70% la selección y retención del talento).
- Saben a quién se dirigen y qué stakeholders vigilan sus pasos. El 70% de los senior managers afirmó que los clientes eran la audiencia externa más relevante y el 35% de ellos nombró a los inversores como la segunda audiencia más importante. Este resultado implica que la organización debe trabajar para asegurarse de que su marca es comprendida tanto dentro como fuera de la casa por clientes y demás stakeholders.
James L. Heskett, profesor Hemeritus de la Harvard Business School, afirma en su libro Culture Cycle: How to Shape the Unseen Force that Transforms Performance, que si analizamos la diferencia existente entre los beneficios de explotación de las compañías y buscamos su causa, más de la mitad de esa diferencia se debe a la efectividad de sus culturas. Como explicación nos aporta ejemplos tan simples como que los managers y colaboradores más comprometidos tienden a permanecer en las organizaciones por periodos más extensos de tiempo liderando directamente a menos personal contratado externamente. Este simple hecho tiene como resultado un coste salarial más reducido y menos gastos de reclutamiento, contratación y entrenamiento, lo que resulta en una mayor productividad. La continuidad de los colaboradores conlleva una mejor relación con el cliente, que repercute en la fidelidad de este y en la disminución de costes de marketing y ventas.
¿A qué estamos esperando para tomar el pulso a nuestras culturas?
Fuente: What Great Companies Know About Culture, escrito por Deire H. Campbell y publicado en 2011 en el HBR Blog Network de la Harvard Business Review y The Profit Power of Corporate Culture, entrevista a L. Heskett realizada por Sean Silverthorne, publicado por la Harvard Business School.
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