Helen Fisher, bióloga, antropóloga e investigadora en química cerebral, ha desarrollado una clasificación que define los cuatro tipos de personalidad en función de las sustancias que tiende a liberar el cerebro. En la entrevista para Forbes A Scientists Explains Leadership, realizada por Saj-nicole Joni, Fisher utilizaba esta tipología para hacer referencia a las personalidades del líder.
A continuación te presentamos los distintos tipos de liderazgo en base al modelo de Fisher:
¡Ojo! La testosterona, opuestamente a lo que se pueda pensar, juega un papel muy importante en la química de las mujeres, no únicamente en la de los hombres. Además, estos cuatro tipos se encuentran tanto en hombres como en mujeres de todas las culturas y razas.
Fisher sostiene que un gran número de líderes comparten el doble tipo Director-Explorador (su cerebro tendería a liberar testosterona y dopamina). Este tipo de líder tiende a ser directo, decisivo, analítico, estratégico, independiente, algo tozudo y asertivo. Estas son, entre otras, las características que le posicionan como posible directivo de éxito. Debido a los elevados niveles de testosterona y dopamina, sería más demandante y menos empático que otros tipos.
Estas características del líder Director-Explorador pueden considerarse como un trampolín hacia el éxito, sin embargo Fisher nos pone también en alarma:
Cuando las personas ganan (en la oficina, en el deporte, o en un juego – como es el caso de los líderes Directores-Exploradores) su cerebro libera testosterona. Con victorias repetidas, se liberan cantidades adicionales de testosterona y dopamina en el organismo, lo que caracteriza al temperamento explorador. Esta característica aumenta la creatividad y la energía, pero disminuye también la percepción del riesgo.
El hecho de ganar colocaría a los Directores-Exploradores en un lugar más creativo, pero a la vez les haría más vulnerables. Correrían el riesgo de perder de vista la foto general, incluyendo las señales externas de peligro, por lo que sus ideas y decisiones podrían conllevar riesgos.
¿El remedio? Rodearse estratégicamente y generar un ambiente en el que sus personas de confianza les hagan parar, reflexionar y enfrentarse a la realidad, incluso aunque no les guste aquello que les enseñan. Estas personas han de tener el coraje y el permiso para expresar lo que realmente piensan.
Este remedio nos demuestra que no somos esclavos de la biología, que gracias a la plasticidad neuronal podemos cambiar y hacer evolucionar nuestros cerebros. Tendemos a repetir ciertos patrones, aunque no son los únicos caminos que el cerebro es capaz de seguir.
Si el directivo se rodea del ambiente adecuado, no sólo está formando un equipo equilibrado, sino que está equilibrando su propio cerebro, lo que determinará la victoria y la sostenibilidad de su liderazgo.
Recomendaciones para los líderes:
- Prepárate antes de que tus malos hábitos te separen de la realidad y aprende de tus propias debilidades.
- Trata de equilibrar tus éxitos y logros teniendo en mente también tus fracasos o debilidades.
- Pide a tus colaboradores que te envíen mensajes anónimos sobre tu comportamiento. ¡Te dará una información valiosísima!
- Equilíbrate regularmente a través del deporte o la meditación, y haz el ejercicio de servir a alguien. Pero no lo hagas por salir en la foto, sino por obtener tu propio equilibrio cerebral y mantener tu capacidad de liderazgo.
Y lo más importante: cuanto antes comiences a construir un buen cerebro, sabiendo lo que la biología nos revela, más capaz serás de liderar con toda tu capacidad y mantener un liderazgo sostenido en el tiempo.
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